jueves, 19 de agosto de 2010

Crece el interés por las urbes sustentables

Fuente: El Nacional
Fecha: 17-08-2010


VenezuelaVentilación natural, techos verdes, sensores de ocupación y reutilización del agua son sólo algunas de las recomendaciones para crear edificaciones ecológicas que formen parte de ciudades que respeten el medio ambiente y en las que se aprovechen los recursos naturales (aire, agua y luz) y se disminuya la contaminación.

Durante el evento Diseño, Arquitectura y Construcción, organizado por OSS Conferencias, gremios y profesionales debatieron sobre los principales retos de las urbes modernas.

Entre los puntos se discutieron criterios de construcción sustentable, la recuperación de cascos centrales y zonas marginales, y la creación de proyectos para la transformación del entorno y la humanización del hábitat.

"Desde el Consejo Colombiano de Construcciones Sostenibles hemos estado promoviendo que cada vez más empresas reciban la certificación ambiental para el bien de sus empleados y su productividad. Los beneficios son muchos. Con un edificio ecológico no sólo se reducen los costos, sino también impuestos, y aumenta el prestigio de la compañía y el valor del inmueble", dijo Guillermo Alonzo, experto colombiano en el tema sobre construcciones sustentables.

Alonzo además es especialista en procesos de certificación LEED, un conjunto de normas desarrolladas por el US Green Building Council sobre la utilización de energías alternativas en edificios de mediana y alta complejidad.

Entre las técnicas empleadas para hacer una construcción ecológica se encuentra el sistema de arquitectura bioclimática que permite controlar el uso del aire acondicionado y aprovechar la luz natural. Ello se logra regulando los termostatos, dando cabida a la ventilación natural y diseñando el edificio con dirección al sol.

También se aconseja el uso de sensores de ocupación para mantener la luz encendida sólo cuando haya individuos en las oficinas o pasillos. Asimismo, la certificación LEED vigila la eficiencia en el consumo de agua.

Una de las técnicas es reutilizar la proveniente de las lluvias para los sanitarios así como también las jabonosas.

Por otro lado, la aplicación del llamado techo verde, jardines que reducen las filtraciones y ahorran energía, se convierte en fuente de oxígeno para la ciudad. Del mismo modo, bajos niveles de toxicidad en materiales como alfombras o pinturas, el reciclaje de papel, vidrio o cartón, forman parte de las recomendaciones.

La transformación. "El talento profesional de Venezuela tiene que estar alineado con su principal problema: el rancho.

De allí nacen todos los problemas del país", apuntó Mariano Martínez, organizador del evento, en gran parte dedicado al tema de rehabilitación de los barrios.

Una de las propuestas más interesantes fue la realizada por los ingenieros José Curiel y Rubén Manzur. La misma se compone por un proyecto de construcción de viviendas familiares en pendiente ejecutado a través de empresas o cooperativas, que de llevarse a cabo en 15 años, podría cambiarle el rostro a la capital.

Francisco González, ex ministro de Desarrollo Urbano, expuso que existe un problema de conocimiento, no de recursos.

Habló del caso de transformación del barrio La Vaquera en la ciudad de Maracay, en el que la propia comunidad construyó sus viviendas y recibió un pago por ello. No sólo se transmitió a los habitantes los conocimientos para construir una vivienda, también se generó un proyecto de recursos autogestionable.

Por su parte, el arquitecto ecuatoriano, Guillermo Argüello, presentó cómo la alianza entre el sector público y privado en Guayaquil (Ecuador) convirtió a esa ciudad en Modelo en América Latina para el Desarrollo Humano, declaración hecha por las Naciones Unidas en 2003.

"La ciudad tiene que tener la confianza de que puede lograr grandes cosas. Esa autoestima se convierte en un deseo de autosuperación y estoy convencido de que el ciudadano no tiene porqué esperar que otro venga a solucionarle las cosas. Además, el sector privado debe involucrarse en proyectos de carácter social en los que la rentabilidad es muy pequeña, pero con ello contribuye al desarrollo de la urbe y a que los niveles de inseguridad disminuyan. Si seguimos en esta inequidad, las ciudades serán cada vez más peligrosas y la gente vivirá amurallada", concluyó.

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